CONCLUSIÓN
En conclusión las mujeres deberían de tener voz y voto en las asambleas. Con un trato igualitario, donde puedan acudir a una educación y puedan llegar a tener los mismos puestos y derechos. Que tengan un trato equitativo y que se las trate como personas en vez de discriminar por género, creando un papel inferior por el hecho de ser mujeres, haciendolas más vulnerables. Donde las mujeres no sean meras espectadoras y puedan opinar, sacar de dentro su punto de vista, alzar la voz y poder realizar metas y proyectos.